El intendente de La Matanza se reunió con monseñor Jorge Torres Carbonell, recientemente asumido como obispo local, de cara a la coordinación de acciones a futuro en el marco de la pandemia y pospandemia del coronavirus.

Visitaron la Casa Solidaria de Itatí, en Rafael Castillo, donde acuden a comer 300 familias todos los días. “Si hay algo que caracteriza y diferencia a La Matanza es la solidaridad de su gente”, destacó el jefe comunal.

El intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, se reunió con monseñor Jorge Torres Carbonell, recientemente asumido como obispo de Laferrere, para conversar sobre la situación del distrito y empezar a coordinar acciones y políticas en el contexto de la crisis provocada y profundizada por la pandemia del coronavirus. Lo hicieron en el marco de una recorrida por ‘La Casa Solidaria Itatí’, en Rafael Castillo, un hogar creado y dirigido por Nelly Souza, vecina de la zona, donde se les da de comer diariamente a más de 300 personas. 

“Con nuestro querido monseñor Jorge Torres Carbonell, nos encontramos para charlar y recorrer la Diócesis de Laferrere, hoy a visitando a Nelly, que es una de las mujeres emblemáticos de La Matanza por todo lo que ella generó con mucho amor y con mucha solidaridad”. 

“Nelly es un ejemplo a multiplicar, en lo qué tiene que ver con ayudar al prójimo, con su excelente, increíble e impresionante obra como es este lugar, ‘La Casa Solidaria Itatí´. Y esto es lo que se multiplica a lo largo y a lo ancho de todo el municipio. Si hay algo que caracteriza y diferencia a La Matanza es la solidaridad de su gente”.

El obispo de Laferrere, Jorge Torres Carbonell, afirmó que “es la primera vez que vengo y es una alegría saber qué es lo que hacen con el padre Gabriel, así que gracias. Gracias intendente por visitar y recorrer este comedor de una labor tan importante en este momento”.

Sobre la tarea en la Casa, aseguró que “estas acciones son fundamentales para sostener la esperanza que la gente necesita. Yo creo que es lo que nos ayuda a mantenernos andando juntos y con esta difusión también, al dar a conocer el lugar, que se multipliquen gestos similares en otros lugares, en otros barrios, además de que quien anda por acá cerca sabe dónde puede recibir la ayuda o aportar algo también, porque todo suma”. 

Nelly Souza, en tanto, explicó que “todo empezó por la gran necesidad de unos abuelitos. Había un programa en el cual llegaba una caja desde La Plata, y hubo un momento donde pasaron cuatro meses que no llegó y los abuelitos venían a buscarla. Nosotros entregábamos la mercadería, calzado y ropa, y nos decían qué comemos. Entonces le dije al padre Jorge Rearte voy a hacer un comedor. Así empieza la historia. Todo esto se hizo sin plata, trabajando todos los días. Estoy agradecida”.

Respecto a la situación hoy, explicó que “estamos atendiendo ahora que la pandemia está un poquito más leve 300 familias más o menos. Hemos llegado a 400 familias".

“Esta obra de amor, lo que contó Nelly recién, tiene que ver con lo que es el emblema y la síntesis de lo que sentimos y de cómo se fue forjando La Matanza”, sostuvo el intendente Fernando Espinoza.

“Nosotros somos una tierra de inmigrantes que después de la Primera y Segunda Guerra Mundial nuestros abuelos vinieron de Europa, y después del primer peronismo de Perón y Evita vinieron del interior de nuestras provincias. Nacimos en este crisol que es La Matanza y eso es lo que nos caracteriza: una pujanza y un esfuerzo que quizás se ve en pocos lados”, agregó. 

“Alguna vez vine acá y el barrio era otro -continuó-, se ve el progreso increíble que tuvo toda esta zona, toda esta parte de Rafael Castillo y de La Matanza. Las calles asfaltadas y el mega hospital que tenemos tienen que ver con el trabajo en conjunto de toda la comunidad”. 

Asimismo, ponderó el hecho de que, “hoy tenemos en esta casa 300 familias que son asistidas desde este comedor. Eso también quiere decir que de a poco empieza a recuperarse el trabajo y la economía y se va a terminar de recuperar cuando aparezca la vacuna. Hay una esperanza que estamos viendo”. 

“Simplemente desde el fondo de mi corazón, muchísimas gracias por todo a Nelly, a Mónica, a todos los voluntarios, al padre Gabriel, a Caritas de Laferrere y ni hablar al monseñor por todo lo que hacen todos los días y, en nombre de La Matanza, muchísimas gracias a todos”, concluyó Fernando Espinoza.