La Matanza: La capital nacional de la producción y el Trabajo. Al gran pueblo argentino salud.
Por Gabino Gabriel.
Cuando las condiciones políticas están dadas, solo quedan dos opciones: o vas al frente o te haces el "dolobu". Es el caso de nuestras intenciones. Considero que, en la coyuntura inmediata, se están clarificando (in)tensiones, luchas y contradicciones sociales que confluyen en un mismo sendero, es decir, se achican los margenes de los grises, las tibiezas, las medias tintas, los oportunismos y las traiciones. No digo que no ocurran (¡Todo lo contrario!), sino que se "deschaban" por así decirlo. Convierten tediosa la situacion. Sin embargo, se clarifican polos, opuestos desde una perspectiva de país y antagonicos en el marco de lo que entendemos como lucha de clases. En otra palabras, sectores populares de un lado, los poderes economicos del otro, tributos de las burocracias "panqueques" en el medio, a grandes dimensiones, éstas serán las coordenadas del año político que nos espera.
Por supuesto que me motiva comprender profundamente la tradicion identitaria y la memoria de lucha del pueblo argentino. Será en nuestro día a día. Hoy me someto con urgencia a comprender la coyuntura actual desde mis pagos, el Partido de La Matanza, territorio que educa a casi dos millones de compatriotas, cruza los tres cordones del conurbano, prensenta tres realidades sociales bien demarcadas y disimiles (y en los extremos del partido, alarmantes), con casi medio millón de asalariados, donde uno de cada tres se encuentra no registrado. A su vez, uno de cada diez habitantes está desocupado y está por debajo de la línea de la pobreza.
Es decir, les pronpongo lectores y lectoras, todos los domingos, caracterizar nuestro distrito, La Matanza, aportando contenido identitario a este medio de comunicación alternativo, en las visperas del segundo año de gobierno de la chetocracia del Newman formada en la Universidad Privada y por los Chicago Boys del Fondo Monetario Internacional que, desquiciados desde su condición caprichosa de niños mimados en cuna de oro, se están haciendo un festín con la economía argentina. En definitiva, nos lanzamos en un contexto adverso para los sectores populares a comprender el rol político, social, económico, demografico y cultural de la "quinta provincia", para trazar precisiones en este año electoral que puede ser inflexivo para la política argentina.
En esta primera entrega, sencillamente, ofreceremos palabras generales que aclaren nuestras intenciones. La fase neoliberal en nuestro país cambió la fisonomia de los sectores productivos. Consecuentemente, cambio la distribución del espacio y la combinación urbano-rural tomo nuevas formas. Asi también los métodos organizativos de las clases populares y sus iniciativas de lucha. En la confluencia de todas estas caracteristicas con la historia, la éstetica y la cultura popular del distrito, nuestro Partido combina desde Jessy James y el primer cordón metropolitano, las barriadas de ruta 3 y el tren Sarmiento, a la creación del dulce de leche, la "urbanoruralidad" de los barrios del Belgrano Sur y la ruta 21, a la mancomunión de culturas bolivianas, paraguayas y peruanas, a una intensa tradición de toma de tierras y construcción propia de los barrios y viviendas, a un gravitante tironeo de la clase política por siempre hegemonizada por el peronismo y las instituciones del Estado.
En la próxima entrega detallaremos la importancia geoecónomica del distrito. Más adelante, el potencial político de los sectores sindicalizados y los movimientos sociales. Culminaremos con la identidad cultural, contrahegemónica, que emerge de la condición popular del municipio.
Hoy concluiremos, fugazmente, con volver a dejar sobre la mesa las enseñanzas sociales de las presidenciales perdidas en 2015 (insisto, por primera vez en la historia nos gobierna un cheto porteño de universidad privada), dónde, en el choque de polos sociales antagónicos, en nuestro distrito dos de cada tres compatriotas votó en contra del neoliberalismo. ¿Qué quiero decir con esto? Que por un lado aquellas elecciones fueron mucho más que un plesbicito y además, La Matanza, sigue siendo una trinchera alternativa a las políticas PRO-empresariales.
En la actualidad, aquella polarización persiste y las elecciones de octubre próximo las pondrán en evidencia. Remarco y recuerdo aquella derrota porque nos trajo nuevas enseñanzas, nos hizo ver nuestros errores. Donde el "yo te dije y vos no me escuchaste" es absolutamente secundario cuando vemos que el consumo de leche baja a niveles inferiores a la crisis de 2001 y la unidad en la acción se vuelve urgente. Al perder el gobierno perdimos la posibilidad de vivir mejor y al ver un gobierno de CEOS por voto democrático en los dos lados del mostrador, abre la Patria al mundo para ser expoliada vulgarmente (es decir, el patrimonio común a todos se está entregando a los buitres del capital extranjero).
Por supuesto que nada está perdido. Vuelven conceptos contrahegemonicos que construyen conciencia colectiva: "vende patria", "gato", "traidor", "oligarca", "contrera" y "mentiroso", entre algunos, propios del folklore popular argentino. Palabras que dicen mucho más que una semántica. Nos vemos con certeza y entusiasmo el proximo domingo.